Hay problemas, además, que superan lo complejo y, entonces hablamos de «problemas perversos», un concepto que se generó en nuestro campo y que ha permeado con gran éxito en otras áreas del conocimiento como, por ejemplo, las ciencias sociales. Actualmente se aplica a una gran variedad de situaciones como son el cambio climático, el terrorismo, la inmigración, la política en torno a las drogas, la salud pública, la planificación urbana y la pobreza, entre otras.
Raquel Pelta